Totalmente desconectada de la red eléctrica, su objetivo es obtener la máxima clasificación del estándar energético Passivhaus y del certificado BREEAM® de construcción sostenible. Si lo consigue, será un referente a nivel internacional.
[ Fuentes: grupoterravita.com / zero-consulting.com / lavanguardia.com ]
30 Enero 2017 – Can Tanca, la vivienda unifamiliar que construye el Grupo Terravita en Sant Joan de Labritja (Ibiza), aspira a convertirse en el primer edificio en el mundo que aúne la máxima clasificación Passivhaus y BREEAM®, que evalúa otras 9 categorías además de la eficiencia energética: agua, materiales, salud y bienestar, residuos, transporte, contaminación, gestión, e innovación.
Estamos muy satisfechos de poder liderar este proyecto pionero que ha requerido un gran trabajo de equipo y que hoy aspira a convertirse en el primer edificio en el mundo Passivhaus Premium y BREEAM Excepcional
Nos sentimos orgullosos de poder contribuir a situar a Ibiza y las Islas Baleares en la vanguardia de la construcción sostenible, la que creemos ha de ser y será la única posible en el futuro
Julian Watson Todd, Co-fundador de Terravita
La vivienda, estilo ibicenco y ya en fase final de su construcción, se anticipa a la directiva europea que exigirá a partir de 2020 (dos años antes en el caso de los edificios públicos) que los edificios de obra nueva tengan un consumo de energía casi nulo. Para conseguirlo,
Se autoabastece de agua mediante un sistema de recogida y tratamiento de aguas pluviales, y también se autoabastece de electricidad mediante energía solar fotovoltaica y un sistema de acumulación capa de abastecer a la vivienda incluso en días poco soleados. Esto supone reducir aproximadamente un 80% las necesidades de climatización respecto a otra vivienda de características similares, con el añadido de que esa baja demanda se cubre con la energía solar instalada.
Mínimo consumo de energía
El mínimo de consumo de energía que precisa para tener una temperatura confort tanto en invierno como en verano es consecuencia de la combinación de diversas técnicas y sistemas constructivos. Añadir aislamiento de fibra de madera a la estructura, la cubierta y la fachada; reducir puentes térmicos; colocar ventanas de doble y triple acristalamiento; conseguir un alto nivel de hermeticidad en la envolvente que no permita el paso del aire; uso de persianas exteriores o vegetación adecuada para protegerla del sol, son algunas de esas técnicas.
Si fuese necesaria la climatización en esta vivienda de 210 m2 de superficie distribuidos en sala de estar, comedor y cocina, tres dormitorios, dos baños, un estudio, distribuidor y sala técnica, existe un sistema de ventilación mecánica controlada de doble flujo con recuperación de calor entálpica, una batería de frío y 14 m2 de techo refrescante. Se alimentarán por medio de la aerotermia, energía renovable que además calentará el agua de la casa.
La ventilación mecánica controlada es un elemento clave para lograr un consumo de energía tan bajo. El sistema por el cual una máquina extrae el aire viciado de la casa e introduce aire limpio, permitiendo recuperar el 90% de la energía del aire expulsado. “Esto hace posible, por ejemplo, que si en invierno la temperatura de la calle es de 0º y la interior de 20º, el aire renovado que entra en la vivienda lo haga a 18º, por lo que el gasto de energía para alcanzar una temperatura confort es muy bajo”, explica Álvaro Martínez, arquitecto técnico de Terravita.
Además, esta tecnología, procura un espacio saludable para sus habitantes, pues el aire que accede a la vivienda pasa por una serie de filtros que impiden el paso de partículas contaminantes. De este modo no se genera polvo, por lo que está especialmente indicado para las personas con algún tipo de alergia.
[ Fuentes: grupoterravita.com / zero-consulting.com / lavanguardia.com ]
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