Las 3 dudas más habituales cuando hablamos de construcción sostenible

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Por Félix Rodríguez Fernández
Relaciones Institucionales BREEAM® España

En ocasiones, la forma más sencilla de explicar un concepto es acompañarlo de la respuesta a las 2-3 preguntas más repetidas por nuestros interlocutores previos. Más aún si lo que se quiere explicar se utiliza de forma confusa o errónea, como sucede actualmente en España con el concepto de sostenibilidad en el ámbito de la edificación.

Un término que es ampliamente utilizado sin conocer muy bien su alcance o qué implica exactamente, pero que poco a poco irá calando en nuestro día a día hasta convertirse (esperemos) en la forma habitual de pensar y hacer las cosas en el sector de la edificación.

Será un proceso similar al que hemos vivido con la “calidad” desde los años 90. Actualmente, no sólo nos hemos habituado a los sistemas de gestión de la calidad en nuestras empresas y en la administración pública, sino que las organizaciones que no están certificadas están prácticamente fuera de mercado a la hora de trabajar en ciertos sectores o como proveedores de determinadas entidades.

Este proceso empezamos a vivirlo ahora en España en el ámbito de la construcción sostenible, pero con dos décadas de retraso respecto a otros países como Reino Unido o Estados Unidos.

Porque… ¿qué es exactamente la sostenibilidad?

Todas las definiciones hacen referencia, en mayor o menor medida, a tres conceptos clave: el Planeta, las Personas y los Beneficios (Planet, Persons & Profit). Por ejemplo, un edificio sostenible puede explicarse como aquél que “reduce su impacto en el medioambiente al tiempo que repercute en un mayor confort y salud para las personas que lo utilizan, y en beneficios económicos para quien lo construye, opera o mantiene”.

Sin embargo, estas definiciones no impiden que el término “sostenible” sea utilizado de forma errónea como un sinónimo de ahorro energético, sea confundido con exigencias normativas como el reciente y obligatorio certificado energético, o sea asociado sólo a edificios de nueva construcción, como si el parque edificatorio existente no pudiese ser sostenible. Aclaremos estas confusiones:

1.- Más allá de la eficiencia energética

Los aspectos energéticos son muy importantes a la hora de reducir las emisiones de CO2 y la factura energética del inmueble y, de hecho, suele ser la categoría que más puntúa en los diferentes certificados de sostenibilidad de edificios.

Pero la sostenibilidad va mucho más allá contemplando otros aspectos durante la vida útil del edificio: medidas para reducir el consumo de agua, minimizar la generación de residuos, garantizar un aprovisionamiento responsable de los materiales utilizados y que tengan un bajo impacto ambiental, la cercanía a servicios y medios de transporte público, unas buenas prácticas de puesta en marcha que permitan la eficiencia de las instalaciones en condiciones reales de uso y ocupación…

También contempla aspectos relacionados con un adecuado confort de los ocupantes del inmueble y un entorno saludable en aspectos como la climatización, la iluminación natural y artificial, la calidad del aire o el ruido. Incluso se valora la reutilización de suelo previamente urbanizado o contaminado, la protección de elementos de valor ecológico o la generación de nuevos hábitats, entre otras muchas medidas.

2.- Más allá de la normativa

Cumplir la legislación vigente es sólo un punto de partida para los edificios sostenibles, nunca de llegada. El código técnico o el certificado energético son pasos del legislador en la dirección marcada previamente por entidades que han investigado y promovido ambiciosos objetivos de sostenibilidad en sus proyectos constructivos.

Los certificados privados y voluntarios de edificación sostenible tienen como objetivo estandarizar y promover estas prácticas sostenibles, poniéndolas en valor, promoviendo la divulgación gratuita de sus metodologías, e inspirando a la administración pública y a los legisladores para que las incorporen en sus normas de obligado cumplimiento.

3.-  Más allá de la obra nueva

Es habitual que se asocie lo sostenible a la construcción de nuevos edificios con las últimas novedades en tecnología y materiales, pero la sostenibilidad también es aplicable a edificios ya existentes y en uso.

Lógicamente, las metodologías de mejora continua del comportamiento ambiental del edificio ya construido tienen un objetivo diferente a los proyectos de nueva construcción. No pueden evaluar aspectos como la orientación del edificio o los materiales utilizados en su construcción original, pero sí pueden establecer un marco transparente de diálogo entre propietarios, arrendatarios y demás partes interesadas en la reducción de los costes de funcionamiento del edificio y la mejora del confort y salud de sus ocupantes.

En definitiva, estamos en la etapa inicial de un proceso irreversible de transformación cultural y profesional gracias a los beneficios que aporta la sostenibilidad a usuarios, arrendatarios, propietarios, promotores y constructores.

Sabemos cuál es el camino y que será largo y difícil. La única duda es saber cuánto tiempo tardaremos en recorrerlo ¿te sumas al cambio?

 

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