Artículo de nuestra compañera Rosalía Fernandez Pardo en la revista Facility Management Services. Descubre como afrontar de manera eficiente las exigencias legales que impondrá la Unión Europea al sector de la construcción a partir del año 2020.
Por Rosalía Fernández Pardo
Técnica BREEAM® España
[Artículo publicado en revista Facility Management Services]
12 Abril 2018 – El sector de la construcción en Europa representa el 40% del consumo total de energía, produce un 35% de las emisiones de efecto invernadero, un tercio del consumo de agua y un tercio de los residuos generados. Es absolutamente necesario actuar para reducir estos datos.
La reducción del consumo energético y el uso de energía procedente de fuentes renovables en el sector de la edificación, podría permitir que la Unión Europea cumpliese con el Protocolo de Kioto, así como su compromiso a largo plazo de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 2°C, y el compromiso de reducir para 2020 las emisiones totales de gases de efecto invernadero en un 20% como mínimo con respecto a los niveles de 1990.
Cumplir estos objetivos en plazo, finales del año 2020, resulta muy complicado a estas alturas en España, debido principalmente a la situación de crisis que hemos atravesado durante los últimos años, que no han facilitado el avance hacia la consecución de estos retos.
NORMATIVA EUROPEA, ¿EN QUÉ MOMENTO ESTÁ?
El Parlamento Europeo, junto con la Comisión Europea y el Consejo Europeo son los tres organismos que deben establecer, antes de que finalice 2018, las pautas en materia energética para lanzar la nueva directiva que entrará en vigor previsiblemente en 2020.
De esta manera, los ciudadanos europeos tendrán la guía que les marque el camino a seguir hacia el objetivo comprometido por todos en 2015: cumplir con el Acuerdo de París (su aplicabilidad para 2020, cuando finaliza la vigencia del Protocolo de Kioto) de descarbonización total en 2050 que revierta el cambio climático.
El Parlamento Europeo ha dado un gran paso en la utilización de energías renovables, ya que el proyecto de nueva directiva eleva el porcentaje de uso de energías renovables del 27 al 35% en 2030. Además, protege el autoconsumo y acaba con el llamado “impuesto al sol” que el gobierno español implantó con críticas generalizadas.
España es el país de la Unión Europea con más infracciones medioambientales. Cerró el 2017 con 30 expedientes abiertos, cuatro más que el año anterior, suponiendo casi el 10% de todo lo acumulado por los 28 estados. Lideramos el ranking de países que han pagado más multas por incumplir la normativa comunitaria y esto debería provocar una profunda reflexión. Los casos abarcan todas las materias: gestión incorrecta del agua, omisión de evaluaciones en proyectos urbanísticos, protección de espacios naturales o la contaminación del aire.
¿Y EN ESPAÑA?
Los grandes retos del sector de la construcción en el futuro más próximo en España son la Estrategia 2020 (emisiones de gases de efecto invernadero un 20% menores a los niveles de 1990, 20% de energías renovables, e incrementar un 20% la eficiencia energética) y cumplir la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (2010/31/EC) para la implantación en 2020 de los llamados edificios de consumo de energía casi nulo NZEB (Near Zero Energy Building). A 31 de diciembre de 2020 todos los edificios nuevos serán edificios de consumo de energía casi nulo, aunque ya a partir del 31 de diciembre de 2018 se aplica a los edificios nuevos propiedad de las autoridades públicas y que están ocupados por ellas.
Dicha directiva establece en su artículo 4 que “los requisitos mínimos de eficiencia energética se revisarán periódicamente a intervalos no superiores a cinco años”, por lo que está previsto que se apruebe durante este año 2018 una nueva actualización del Documento Básico de Ahorro de energía DB HE del Código Técnico de la Edificación.
La Unión Europea valora los certificados privados de construcción sostenible como la base para promover mejores prácticas y funcionar como motores del mercado
Este nuevo documento revisará las exigencias reglamentarias para que los edificios que se construyan a partir de su entrada en vigor reduzcan al mínimo su consumo energético (un 50% inferior a lo exigido actualmente), aumenten la calidad del edificio, de sus instalaciones e incorporen energías renovables, es decir, presten atención a su demanda y en consecuencia sus emisiones de CO2 puedan alcanzar valores próximos a cero.
¿QUÉ VENDRÁ DESPUÉS DE 2020?
A nivel europeo, existe la iniciativa “Level(s) – A common EU framework of core sustainability indicators for office and residential buildings”, que está todavía iniciando su andadura.
La idea fundamental de esta iniciativa es la armonización de los certificados de sostenibilidad voluntarios para poder llegar a legislar ciertos parámetros de sostenibilidad además de la energía. “Levels” proporciona un conjunto de indicadores para medir el comportamiento ambiental de los edificios a lo largo de su ciclo de vida. Permite evaluar aspectos importantes utilizando indicadores de salud y confort, coste del ciclo de vida y posibles riesgos futuros para el comportamiento de los edificios.
La intención no es crear un nuevo esquema de certificación de edificios independiente o establecer valores de referencia del comportamiento de los edificios, sino proporcionar un marco de informes voluntarios, coherentes y comparables que trabajen más allá de las fronteras nacionales y tengan un amplio potencial para ser utilizados por los profesionales del sector de la construcción en toda la UE. (3)
La Unión Europea valora los certificados privados de construcción sostenible como la base para promover mejores prácticas y funcionar como motores del mercado, ya que
se trata de metodologías que siempre van más allá de la normativa y más allá de la eficiencia energética. Existe la necesidad de legislar parámetros de sostenibilidad, ya que todo lo relacionado con la eficiencia energética ya está dentro de la normativa actual y faltaría establecer la base para poder evaluar todo lo demás: emisiones de gases de efecto invernadero durante el ciclo de vida del edificio, recursos eficientes y materiales con ciclos de vida circulares, uso eficiente del agua, espacios saludables y confortables, entre otros.
¿CÓMO PODEMOS ANTIPARNOS A ESTE ESCENARIO NORMATIVO?
Los certificados de construcción sostenible son una herramienta clave para anticiparse a las futuras exigencias de la normativa. Así ha sido desde su creación en la década de los años noventa. La pionera y con más certificados en el mundo es BREEAM®, pero existen muchas otras.
Todas ellas conllevan beneficios económicos para quien promueve, opera o mantiene el edificio, beneficios de salud y bienestar para sus ocupantes y reducen los impactos en el medio ambiente durante todo el ciclo de vida del edificio. BREEAM® evalúa 10 categorías que van mucho más allá de la eficiencia energética, analizando otras muchas cuestiones: Agua, Materiales, Salud y Bienestar, Transporte, Residuos, Uso ecológico del suelo, Contaminación, Gestión e incluso Innovación.
Dispone además de metodologías específicas para proyectos urbanísticos, para edificios de nueva construcción y también para edificios ya en funcionamiento (En Uso), con el potencial que ello supone para mejorar el parque edificatorio construido, reducir las emisiones de CO2 y conseguir edificios energéticamente más eficientes.