La categoría Agua es una de las más importantes dentro del esquema de certificación BREEAM y cuenta con cuatro requisitos fundamentales: consumo de agua, monitorización del consumo, detección de fugas y equipos de suministro eficientes.
22 Marzo 2018 – Dentro del esquema de certificación que utilizamos en BREEAM, la categoría del Agua es una de las más importantes a la hora de evaluar la sostenibilidad de un proyecto. Hay cuatro requisitos fundamentales que una construcción debe cumplir en mayor o menor medida para lograr una buena puntuación en este apartado del esquema BREEAM:
1-Consumo de agua
Conseguir un consumo responsable del agua es el requisito más importante dentro de esta categoría, ya que se pueden conseguir hasta 5 puntos de los diez posibles en este apartado del esquema. El objetivo de las medidas exigidas es reducir el consumo de agua potable de uso sanitario y riego en el edificio, para lo cual es necesario utilizar aparatos de eficiencia hídrica y sistemas de reciclaje del agua.
¿Qué aparatos y que sistemas de reciclaje son necesarios? Todos los fabricantes de utensilios y mobiliario sanitario para los baños y cocinas de un edificio especifican el consumo de agua de sus productos. Actualmente cada vez más inodoros, urinarios, bañeras, grifos o lavavajillas cuentan con sistemas de regulación del caudal, lo que limita considerablemente los litros de agua potable desperdiciada.
“Muchos utensilios de baño y cocina funcionan sin agua potable. Por ejemplo, el agua del inodoro no debe ser necesariamente potable para su funcionamiento, y lo mismo sucede con grifos o lavavajillas”
Otra característica puntuable, además de la debida regulación del caudal, es la utilización de aguas grises o pluviales. Muchos utensilios de baño y cocina funcionan sin agua potable. Por ejemplo, el agua del inodoro no debe ser necesariamente potable para su funcionamiento, y lo mismo sucede con grifos o lavavajillas.
El reciclaje y aprovechamiento de las aguas grises o pluviales implica una reducción drástica del consumo y al mismo tiempo puede suponer un ahorro económico al contar con un sistema de aprovechamiento y reciclaje hídrico en el propio edificio. Las aguas grises son las que se descargan de las cocinas, lavanderías o bañeras y que se reutilizan tras pasar por un proceso de purificación. Las aguas pluviales son las que se obtienen de las precipitaciones, en climas lluviosos algunos edificios ya cuentan con las instalaciones necesarias en su fachada para recolectar el agua de lluvia y utilizarla por ejemplo en inodoros o en otros utensilios sanitarios que no precisen de agua potable para su funcionamiento.
2- Monitorización del consumo
Garantizar que se pueda monitorizar y gestionar el consumo de agua para fomentar su reducción se valora con un punto dentro de la categoría Agua. Para ello es necesario instalar un contador inteligente de agua en la red de suministro principal de cada edificio; esto también es aplicable a los casos donde el agua se suministre a través de un pozo u otra fuente privada.
Estos contadores deben estar a su vez conectados a un Sistema de Gestión del Edificio (SGE) que facilita la recogida e interpretación de los datos. Además, en caso de que el edificio cuente con instalaciones que produzcan un consumo mayor de agua, por ejemplo una piscina, deberá instalarse un contador particular para esa zona, de manera que se contabilice el consumo por separado.
“En climas lluviosos algunos edificios ya cuentan con las instalaciones necesarias en su fachada para recolectar el agua de lluvia y reutilizarla”
Es posible lograr un punto extraordinario en este requisito si se realiza un Plan de Acción que permita actuar sobre los datos recogidos. Es decir, que además de interpretar los datos sepa cómo actuar en cada situación.
3- Detección y prevención de fugas de agua
El objetivo de este requisito es reducir el impacto de fugas de agua que, de otro modo, podrían no detectarse. En este apartado es posible conseguir hasta dos puntos, para lograr el primero de ellos es fundamental que exista un sistema de detección de fugas capaz de detectar de cualquier fuga importante en la red de suministro principal del edificio, así como entre el edificio y la empresa suministradora de agua. El sistema debe ser audible cuando esté activado o ser capaz de avisar al responsable de mantenimiento de las instalaciones. Además, debe ser capaz de identificar distintos caudales y ser programable para adaptarse a los criterios de consumo del propietario.
“Pueden obtenerse puntos utilizando plantas autóctonas en las zonas verdes, de esta manera es el propio clima el que se encarga del riego”
El otro punto restante en este apartado se consigue únicamente al aplicarse a la zona de aseos, para garantizar que el agua solo se suministra cuando se necesita. Este objetivo se cumple con la instalación de temporizadores que desconecten el suministro de agua una vez transcurrido un período determinado, un detector de presencia que conecte el suministro de agua ante el movimiento o la presencia de un usuario, y con reguladores de caudal que impongan un límite de consumo.
4- Equipos eficientes en cuanto al consumo
El último punto se consigue al incentivar una reducción del consumo de agua mediante el uso de sistemas y equipos consumidores de agua eficientes. El cuidado de las zonas verdes es el principal ejemplo de la implementación de este requisito, ya que los sistemas de riego suelen desperdiciar gran parte de los recursos hídricos de una construcción.
Para cumplir con este último criterio existen dos opciones: la primera es utilizar un sistema de riego subterráneo por goteo, que incorpora sensores que miden la humedad del suelo. De esta manera se permite acotar el riego en función del tipo de plantas.
La segunda opción es a priori la más sencilla, consiste en incorporar plantas y zonas verdes autóctonas y externas, de manera que el propio clima se encargue de su mantenimiento, lo cual no supone ningún gasto en el consumo de agua del edificio.
