El aumento de la temperatura global, la acidificación del suelo, la pérdida de biodiversidad, el deshielo del Ártico o los eventos climáticos extremos son algunos de los síntomas del cambio climático. Por este motivo, cada 24 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático y recordamos el gran reto medioambiental al que se enfrenta la humanidad.
Los gases de efecto invernadero, la explotación indiscriminada de recursos o la mala gestión de nuestros residuos son algunas de las causas del cambio climático y, para revertirlo, es necesario intervenir en los sectores más contaminantes. Si bien el sector de la construcción se encuentra entre los más perjudiciales para el medio ambiente, también cuenta con el potencial para reducir considerablemente los efectos de la crisis climática.
Impacto del sector de la construcción en el cambio climático
Emisiones de CO2: El sector de la construcción es responsable de aproximadamente el 40% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2). Gran parte de estas emisiones se derivan de la producción de determinados materiales que son utilizados de forma habitual en la edificación. La extracción, transporte e instalación de estos materiales también implica la emisión de gases de efecto invernadero.
Consumo de energía: Los edificios, una vez construidos, consumen una cantidad significativa de energía durante su vida útil. La calefacción, la refrigeración, la iluminación y los electrodomésticos utilizan una gran cantidad de electricidad y combustibles fósiles. En España, únicamente el 11% del parque inmobiliario cuenta con algún tipo de fuente de energía renovable.
Impacto en la naturaleza: La construcción de edificios requiere la explotación de una gran cantidad de recursos naturales. La tala de árboles para la obtención de madera, la extracción de minerales, el consumo de agua y la generación de residuos o químicos contaminantes son algunos ejemplos del impacto negativo que puede ejercer el sector en su entorno.
Soluciones desde el sector de la construcción
Construcción sostenible: La construcción sostenible implica la edificación responsable de edificios duraderos, de bajo impacto ambiental, eficientes en la gestión de sus recursos y respetuosos con la salud de las personas que los utilizan. La mejor manera de construir edificios eficientes sin utilizar materiales contaminantes.
Renovación de edificios existentes: La renovación de edificios existentes es fundamental para reducir el impacto ambiental. El 80% del parque inmobiliario español está obsoleto y es necesario intervenir para cumplir las exigencias europeas relacionadas con la descarbonización del continente en 2050. La mejora de la aislación, la instalación de ventanas eficientes, la modernización de sistemas de calefacción y refrigeración, y la optimización de sistemas de iluminación pueden hacer que los edificios existentes sean más eficientes. Además, la última actualización del esquema BREEAM En Uso ofrece una guía práctica para favorecer la renovación de un edificio desde un foco sostenible.
Economía circular: Fomentar la economía circular en la construcción significa promover la reutilización y el reciclaje de materiales. Esto no solo reduce la demanda de recursos naturales, sino que también disminuye la cantidad de residuos de construcción enviados a vertederos. Esta reutilización de los recursos es una de las medidas que fomenta y valora la metodología BREEAM en sus diferentes esquemas.
Transporte y logística sostenibles: El transporte de materiales y la maquinaria de construcción pueden ser responsables de emisiones significativas. La adopción de tecnologías más limpias, como vehículos eléctricos y maquinaria híbrida, o la optimización de rutas y prácticas logísticas pueden reducir este impacto.
Educación: La capacitación de profesionales de la construcción en prácticas sostenibles es esencial. Cada vez más personas deciden formarse en materia de sostenibilidad; lo que a su vez permite que el mercado cuente cada año con nuevos profesionales capacitados en la materia. Este año, por primera vez, el número de Asesores y Asesoras BREEAM ha superado las 200 personas, lo que demuestra la demanda del mercado por contar con especialistas en edificación sostenible.
La lucha contra el cambio climático es global
En un marco general, fomentar la sostenibilidad en el sector de la construcción va a permitir que se reduzcan considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero y la explotación de recursos naturales, no obstante, es necesario intervenir en los sectores más contaminantes a escala global si queremos revertir las consecuencias del cambio climático.
Desde el punto de vista institucional, cada vez más países se han adherido a los diferentes marcos regulatorios y pactos climáticos internacionales. Esto ha permitido regenerar parte del agujero de la capa de ozono, reducir el uso de plásticos y de determinados químicos; así como establecer una hoja de ruta clara para la descarbonización de los países firmantes.
Otro aspecto determinante es la mayor concienciación social, que ha provocado un incremento del consumo responsable y una revalorización de los activos sostenibles. A su vez, esta mayor preocupación de la gente por los productos respetuosos con el medio ambiente ha servido para impulsar la denominada “financiación verde”; mediante la cual muchos fondos y entidades financieras apoyan proyectos que ofrezcan la garantía de ser sostenibles.
Todavía queda mucho camino para superar la crisis climática actual, pero todavía hay tiempo para revertir muchos de los problemas a los que nos exponemos. Las entidades públicas y privadas van de la mano en la transformación de nuestra actividad hacia un modelo sostenible, pero cuentan a su vez con una sociedad cada vez más concienciada con la responsabilidad individual en cuestiones climáticas. No debemos detenernos, pero ya hemos dado los primeros pasos para frenar el cambio climático.