La importancia de la Red Natura 2000 para proteger la biodiversidad

En 2022 se cumplen 30 años del nacimiento de la Red Natura 2000, el eje vertebrador de la biodiversidad en España y la mayor red de espacios protegidos del mundo. Se trata de una de las medidas más efectivas que se han creado para evitar la degradación de la naturaleza y su objetivo principal es asegurar a largo plazo la preservación de especies animales y sus diferentes tipos de hábitat en Europa.

Una quinta parte del territorio de la Unión Europea se encuentra protegida por la Red Natura 2000 a través de 27.000 parques de alto valor ecológico. España es el país europeo que más contribuye a esta red con más de 1.850 espacios, que equivalen a un 27,8% de la superficie del país y un 20% de los parques protegidos en la red.

La Red Natura 2000 también incluye la preservación de la biodiversidad en ecosistemas marinos, que en España son más de 272 zonas y que en las próximas fechas espera ampliarse para conseguir que un 25% de las costas españolas estén protegidas por esta red en 2025. En este sentido, la Vicepresidenta y Ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, indicó que: “España quiere situarse a la cabeza de los países que impulsen la protección del océano y la conservación de ecosistemas marinos como base para el desarrollo sostenible, la salud y el bienestar social”.

El objetivo de la red es seguir sumando espacios, especialmente los de carácter agrario, con paisajes cerealistas extensivos que son fundamentales para la presencia de aves agroesteparias. De hecho, El Viso de San Juan, ubicado entre Madrid y Toledo, es uno de los últimos espacios agrarios que ha solicitado voluntariamente su ingreso en la Red Natura 2000.

¿Por qué es importante la biodiversidad?

La Red Natura 2000 en España no es solo una de las más extensas de Europa, sino también una de las mejor documentadas científicamente. La labor que desempeña esta red es fundamental para salvaguardar la biodiversidad y la riqueza natural de nuestro entorno.

Las especies animales, plantas y microorganismos con los que convivimos mantienen los ecosistemas de los que depende nuestro sustento. Por ejemplo, más del 80% de la dieta humana está basada en el consumo de vegetales y más de la mitad de la población rural que habita los países en vías de desarrollo depende de las plantas locales para obtener medicamentos. Además, 3.000 millones de personas en el mundo obtienen de los peces el 20% de las proteínas animales que necesitan para sobrevivir.

La deforestación, la caza y pesca indiscriminada o la contaminación de hábitats naturales limita enormemente el número de alimentos y recursos que podemos obtener de la naturaleza. Según WWF, entre 1970 y 2016 se han reducido un 68% las poblaciones de mamíferos, aves, anfibios, peces y réptiles del mundo.

Los insectos también se han visto afectados por la pérdida de biodiversidad. Además de servir como alimento a multitud de aves y pequeños mamíferos, algunas especies como las abejas cumplen una labor indispensable como agentes polinizadores.

La pérdida de sus ecosistemas obliga a muchas especies animales a coexistir cerca de las personas, con el consiguiente riesgo de que surjan más enfermedades zoonóticas, es decir, aquellas que se transmiten de animales a humanos.

Edificios sostenibles que contribuyen a la biodiversidad

El sector de la construcción es uno de los más contaminantes del planeta debido a las emisiones de gases de efecto invernadero que generan los edificios y la destrucción y contaminación que se genera durante su edificación.

Un edificio sostenible debe integrarse con su entorno y provocar el menor impacto posible en su biodiversidad. Para lograrlo es importante que se plantee un diseño adecuado, se estudie previamente el valor ecológico de la ubicación y que la ejecución de obra esté correctamente planteada.

BREEAM cuenta en sus esquemas con una categoría denominada Uso de Suelo y Ecología cuyo único objetivo es garantizar una utilización sostenible del terreno, proteger los hábitats del emplazamiento y mejorar su biodiversidad a largo plazo. Algunas de las medidas valoradas por BREEAM son:

  • Exigir la contratación de un ecólogo que evalúe el valor natural del emplazamiento.
  • Aprovechar suelo contaminado o previamente edificado para no dañar terreno virgen.
  • Priorizar los suelos de bajo valor ecológico y proteger adecuadamente aquellos elementos importantes para la biodiversidad del emplazamiento.
  • Adoptar medidas que ayuden a mejorar el valor ecológico del entorno con el asesoramiento de un ecólogo.
  • Priorizar el uso de especies vegetales autóctonas para las zonas ajardinadas. Así no necesitan riego adicional y se contribuye a mantener las especies locales en su ecosistema.
  • Facilitar la instalación de nidos en azoteas o madrigueras para pequeños mamíferos en las zonas ajardinadas de inmuebles colindantes a parques, bosques o espacios naturales.
  • Promover corredores verdes dentro de los proyectos urbanísticos.

Además de cumplir este tipo de objetivos, BREEAM fomenta la biodiversidad a través de medidas incluidas en otras categorías. Por ejemplo, la madera que se utiliza en una construcción debe acreditar que no proviene de una tala ilegal, se fomenta el reciclaje y reutilización de residuos generados durante la obra y los inmuebles sostenibles consumen menos agua y emiten menos CO2 a la atmósfera.

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