El turismo es uno de los sectores económicos de mayor peso en la economía española, alcanzando un 7,4% del PIB, y el fin de las restricciones permite pensar en un verano parecido a los de los años previos a la pandemia. No obstante, la apuesta por la sostenibilidad ha llegado para quedarse y el turismo sostenible es una opción cada vez más popular dentro del sector. En este sentido, desde 2010 BREEAM ha evaluado la sostenibilidad de más de 150 edificios destinados al alojamiento en España. Actualmente hay 61 hoteles certificados por el sello y más de 70 registrados, que están en proceso de evaluación.
El reparto de los proyectos evaluados por BREEAM a nivel territorial coincide con las áreas de mayor concentración turística de España: Madrid, con 28 establecimientos hoteleros; Canarias, con 23; Cataluña, 22; Andalucía, 17; Baleares, 16 y la Comunidad Valenciana, con 12, son las comunidades autónomas que atesoran un mayor número de demanda de evaluación de sostenibilidad.
Y es que durante las vacaciones es posible reducir la huella ambiental generada adoptando medidas como utilizar el medio de transporte menos contaminante para viajar, prestar atención a lo que consumimos o alojarnos en edificios sostenibles que acreditan el respeto medioambiental del entorno. Además, a raíz del contexto sanitario provocado por la pandemia, muchas cadenas y promotores optaron por certificar varios inmuebles de su portfolio debido al impulso social y normativo que ha tenido la sostenibilidad, así como a la necesidad de impulsar entornos saludables y seguros.
Hoteles sostenibles en España
En España, donde el turismo cumple una función capital dentro de la economía nacional, cada vez existen más propuestas sostenibles. Edificios que cumplen varios de los requisitos mencionados anteriormente y que apuestan por certificar y acreditar su apuesta por el medioambiente y las personas.
En los más de 150 inmuebles destinados a alojamiento turístico que BREEAM ha evaluado se encuentran proyectos que desde su diseño se han planteado para ser sostenibles. Muchos de ellos, incluyendo la contratación de ecólogos y consultores en sostenibilidad para integrar sus edificios en el entorno de la forma más responsable con el medioambiente. Es el caso del proyecto Six Senses Ibiza, que ha sido construido con el máximo respeto hacia el entorno de la isla y es el primer resort certificado por BREEAM en Baleares.
También hay edificios ya construidos cuyos gestores han renovado incluyendo nuevas medidas de sostenibilidad, como el hotel NH Collection Colón y NH Ribera del Manzanares, en Madrid o el Hotel Le Méridien y el Hilton Diagonal Mar, en Barcelona. Hoteles urbanos que se adaptan para convertirse en islas sostenibles dentro de la ciudad, esforzándose por reducir su huella ambiental al tiempo que optimizan el bienestar del usuario.
Características de un hotel sostenible
Un edificio sostenible debe cumplir una serie de requisitos mínimos para garantizar que son espacios saludables para los usuarios, pero en el caso de los hoteles este aspecto es todavía más importante, ya que deben maximizar el bienestar de clientes y empleados.
Bienestar. La prioridad de la luz natural para la iluminación es uno de los requisitos que mejoran el confort de un usuario. Algunos hoteles certificados por BREEAM cuentan con ventanales de que superan las dimensiones medias, un diseño que permite una orientación para proveer de más horas de luz solar las instalaciones o fachadas de vidrio con medidas para prevenir el deslumbramiento.
Por otra parte, las estancias de un hotel sostenible deben garantizar un óptimo confort térmico en base a las necesidades o preferencias de cada persona. Estos sistemas están monitorizados para controlar diariamente su eficiencia y pueden regularse en función de las necesidades de cada habitación, lo que los convierte en sistemas mucho más eficientes.
Salud. Para evitar afecciones respiratorias, los productos utilizados en la limpieza y las pinturas y materiales de algunos hoteles están exentos de COVs (Compuestos Orgánicos Volátiles), presentes en varios productos químicos y perjudiciales para la salud durante una exposición prolongada. Además, algunos edificios se proveen de productos y alimentos ecológicos de proximidad, garantizando de esta forma la calidad del servicio.
En este apartado, también destaca la total accesibilidad y adaptabilidad de los hoteles sostenibles para garantizar su uso a personas con movilidad reducida, que cuentan con plazas de aparcamiento y habitaciones adaptadas a sus necesidades.
Medioambiente. La eficiencia energética es un aspecto destacado de las construcciones sostenibles. Además de suponer un ahorro económico en el mantenimiento, contar con sistemas eficientes reduce la contaminación al mitigar las emisiones de CO2. Para cumplir estos requisitos, algunos hoteles instalan sus propias fuentes de energía limpia o contratan los servicios de una empresa que suministra energía 100% renovable.
La biodiversidad del entorno también se ve favorecida. Por ejemplo, algunos edificios incorporan en sus zonas verdes especies vegetales autóctonas, que no necesitan riego adicional al estar adaptadas al clima, y se instalan cubiertas vegetales sobre el aparcamiento, una medida que ayuda a climatizar y absorbe parte de las emisiones de CO2 del inmueble. Los propios aparcamientos cuentan en ocasiones con puntos de recarga para vehículos eléctricos y una zona de estacionamiento de bicis, medidas para promover vías de transporte alternativas.
Por último, los hoteles sostenibles suelen contar con un riguroso protocolo de gestión y reciclaje de residuos y existe cartelería y paneles informativos que explican a clientes y trabajadores cuales son las normas y las medidas de sostenibilidad que deben aplicarse para un correcto uso de las instalaciones.
Asumir un turismo sostenible es cada vez más sencillo. Así, además de escoger un alojamiento sostenible, los visitantes pueden adoptar medidas que permitan reducir el impacto ambiental del turismo, tales como elegir un transporte menos contaminante; adoptar medidas de ahorro energético en los alojamientos; respetar el entorno; prestar atención a lo que se consume; apoyar la economía local y respetar las tradiciones y costumbres de los habitantes del lugar, además de apoyar su cultura.